Geoparque Comarca Minera, Hidalgo

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En una primera aproximación a la lectura del territorio del Geoparque de la Comarca Minera, los materiales volcánicos y la diversidad de sus formas y colores, son el hilo conductor que nos lleva a un viaje por el patrimonio tangible abiótico desvelado por la minería y metalurgia histórica, la producción de cultura material y la creación de espacios históricos a partir del uso del territorio por parte de diversas culturas. Geoformas volcánicas como peñas, calderas, domos y prismas son los rasgos más importantes de modelación del paisaje de la Comarca Minera y se establecen como signos identitarios de los espacios donde se encuentran.
La transformación o alteración natural de las rocas es el proceso geológico que directamente determina el aprovechamiento de los recursos geológicos de este territorio y el establecimiento del espacio histórico de la Comarca. Así, los depósitos epitermales son fruto de alteraciones de rocas volcánicas que comportaron una de las mayores explotaciones argentíferas del mundo durante más de 400 años, y la alteración hidrotermal en otra parte del Geoparque implicó la explotación por cantera de una toba zeolitizada (Tezoantla) de una pureza inusual y muy utilizada en la construcción de edificios arquitectónicos relevantes (Reloj Monumental de Pachuca).
La minería es la actividad que moldeó el paisaje desde la perspectiva cultural del territorio. El relato de esa actividad empieza en la explotación de obsidiana en tiempos prehispánicos y llega hasta el progresivo abandono de las minas de plata durante el siglo XX. Del sustrato náhuatl y hñähñú pasamos a las primeras haciendas de beneficio de la época colonial y la llegada de mineros del lejano Condado de Cornualles (Inglaterra), generando una amalgama de culturas alrededor de una misma actividad.
Pero la atención en este territorio no es solamente dominio de la actividad extractiva, sino que los prismas basálticos de Santa María Regla o el flujo piroclástico que conforma el Cerro de las Navajas son paradigmas científicos y objetos de estudio desde los albores del siglo XIX con las expediciones naturalistas de Von Humboldt. Además, el Cerro de San Cristóbal alberga el sitio donde fueron identificados y definidos por primera vez la cristobalita y la tridimita, dos amigos entrañables del majestuoso cuarzo.
Reinterpretamos o leemos el territorio ahora desde la perspectiva de lo intangible que se manifiesta aquí como la conjunción entre ciencia y cultura, quizá una de las aspiraciones más plausibles de nuestros tiempos en el campo del conocimiento. Es la Comarca Minera un fresco donde el espacio geográfico se conjura para sostener una relación directa entre lo material, lo cultural y la interpretación científica: una manifestación concreta de la modernidad.
La gastronomía unifica y combina armoniosamente espacios culturales, actividades humanas y diversidad biótica. Es por sí sola una nueva aproximación a la lectura del Geoparque o un relato contundente de la historia de la Comarca Minera. Es una gastronomía de encuentro donde los pastes aparecen como confluencia de la actividad minera autóctona y los pastes, empanadas del lejano condado de Cornualles. Culturas gastronómicas mucho más cercanas son promovidas e insertadas en las costumbres culinarias de la Comarca: la Barbacoa del Valle del Mezquital o todos los productos provenientes del Altiplano de Apan como el pulque, los nopales o los chinicuiles. De arraigo propio es la cocina de quelites y la variedad de las enchiladas mineras.
En su vertiente ética y de compromiso social, la misión del Geoparque está basada en la confluencia de valores promovidos por la UNESCO. Estos están sustentados por la riqueza material biótica y abiótica, y por la oportunidad que brinda este territorio concreto para estimularlos. La conservación de la biodiversidad está representada propiamente por zonas de protección natural y por el desarrollo sustentable de actividades económicas relacionadas con el geoturismo. El engranaje de estas actividades demuestra hoy en día que es posible un turismo cultural sustentable y enriquecedor para el visitante.
Esta sustentabilidad también está basada en la transmisión de saberes tradicionales que confieren a la Comarca una identidad propia en la que la cultura material puede ser salvaguardada por la promoción de actividades artesanales como la alfarería. El concepto de preservación es la respuesta a la inestabilidad natural del territorio. Las rotundas manifestaciones naturales y su equilibrio deseado motivan el establecimiento de un completo programa de conocimiento del origen y las consecuencias de los conceptos de peligro y riesgo geológico, enfocados en las inundaciones y los movimientos de tierras.
La transmisión de estos valores tiene que verse reflejado en una eficiente educación que divulgue conceptos científicos y coadyuve a la creación de identidad propia de los habitantes de la Comarca Minera. La promoción del geoturismo no puede ir separado de la transmisión de conocimiento, tanto para el poblador permanente como para el efímero o turista. Planteamos un plan educativo basado en materiales didácticos para la educación formal a diversos niveles (primaria, secundaria y educación superior), así como un programa de formación permanente para pobladores y guías del Geoparque.